Sin mapas, sin teléfonos móviles, sin GPS... A lomos de una Vespa 150, bautizada como Dulcinea, dos estudiantes manchegos, Santiago Guillén y Antonio Veciana, partían de Madrid a dar la vuelta al mundo en 79 días el 25 de julio de 1962. "Que los españoles viajaban poco era el comentario que oíamos de ingleses, franceses o italianos en nuestras escapadas al extranjero en tren, autobús o autostop. Una espina que tras ver en el cine La Vuelta al Mundo en 80 días convertimos en un desafío: nosotros la daremos, pero en un día menos. En Albacete -dice hoy Veciana- pensaron que estábamos chalados".
Enlace