Hola a todos los que andais por este maravilloso foro. Llevó algún tiempo loreando por aquí pues tenía la intención de restaurar mi querida lambretta, pero no ha sido hasta hace un par de semanas que me he decidido. Espero tener toda la ayuda necesaria de vosotros para llegar a buen puerto en esta aventura.
Como vengo de otros foros y se el morbillo que nos da sobre todo cuando hablamos de clásicos, el saber como han llegado a nuestras manos os contaré un poco de la historia del "Engendromovil"como siempre he llamado a mi Lambretta.
Corría finales de 1986, entonces yo tenía 21 años, alguno seguro que no había nacido, cuando un amigo de un amigo me dijo que tenía una Lambretta vieja estropeada. Yo anhelaba tener una moto y al decirme que me la vendida por 5000 de las antiguas pesetas (30€), a mi que me gusta un cacharro viejo mas que a un tonto un palote, acepte sin pensarlo y fuimos a las afueras de Sevilla a recogerla. Nada mas verla me enamoré de ella. Era diferente a todas las que conocía. Aquel guardabarros delantero que se movía solidario con la dirección como en las Vespas, aquellas cachas de lineas redondeadas (ahora se llaman cofranos jeje)....... Me pareció única. Ya muchos habéis adivinado que se trata de una serie 2. No se como, pero la metimos en un cuatrolatas que por entonces tenía mi madre y para casa.
De pintura estaba fatal, no tenía óxido pero había sido repintada con brocha. El único fallo mecánico era que tenía pasada la rosca de la bujía en la culata, así que al día siguiente con ayuda de mi amigo Carlos (que lo mismo anda por este foro) e impacientes de ponerla a funcionar, le quitamos la arandela a la bujía y conseguimos que rosque. Gasolina, patadas y empujones y........a correr. Nos dismos varias vueltas por las calles de alrededor de casa partidos de la risa hasta que una explosion como un disparo acaba con nuestra diversión. La bujía había salido disparada. Menos mal que la moto llevaba las cachas puestas sino alguno podríamos haber perdido la pierna derecha.
Cosas de la juventud