Un amigo, padre de un joven muchacho, me ha invitado a que me acerque a su casa a ver una lambretta, que dice está desarmada y con la chapa completamente lijada, lista para restaurar, pues la quiere vender
Como la verdad yo no soy muy de lambrettas, no he sentido mucha curiosidad por ir a verla; pero a lo mejor debía de haber hecho acto de presencia, por lo menos para ver en qué estado está y comprarla para un futuro.
Me ha dicho el padre, quiere 600 €; pero que si me interesa, que hable con su hijo, cuando vuelva del trabajo, a ver en cuanto se queda.
La verdad, la verdad...No sé que hacer...