Cuenta mi madre que tenia una perrilla, que se volvia loca cuando oia la vespa. Sabia que venia mi padre minutos antes de que apareciera. La perra saltaba como un mono.
Otra historia graciosas sobre esa moto, es que mi padre bajaba por el camino de la noria, en frente del cuartes de los señores municipales. Llevaba a mi tia de vuelta al cortijo donde ellos vivian. De pronto noto como la vespa iba mas lijera, miro para atras y vio a mi tia tirada en la cuneta. La loca se habia asustado y se habia tirado de la moto. Rompiendo una lanza por ella, he de decir que a mi padre le gustaba retorcerle las orejas a la burra.
Espero que os guste la historia.
Un beso para los dos que estan pasando por un bachecillo.
